SENTIMIENTOS


El libro Teoría de los Sentimientos, de Carlos Castilla del Pino, explica a la perfección que son los sentimientos, como se forman y se clasifican. Los sentimientos tienen una función biopsicosocial, pues sirven para vincularnos con los demás (función expresiva, comunicativa)  y con nosotros mismos (función reflexiva).
Los sentimientos evolucionan, cada vez a mayor complejidad, pues las experiencias personales van configurando patrones de identidad, formas de entender y vivir basadas en éxitos o fracasos experimentados, que configuran nuestra seguridad y flexibilidad hacía la vida.
Esta evolución va desde los protosentimientos del bebé (deseo de placer), a los presentimientos del niño (placer-displacer, tensión ante la frustración de no poseer lo que deseamos) y los metasentimientos adultos (mundo interno emocional).
A veces en la edad adulta, los sentimientos pueden bloquearse si uno no tiene interés por percibirse y entender sus respuestas afectivas. Algunas personas padecen alexitimía, incapacidad de percibir lo que sienten o describirlo. Otras generan en base a sus sentimientos conflictivos, racionalizaciones defensivas que ocasionan problemas relacionales y malestar interno. En la vejez puede darse una involución sentimental, la persona está más en su mundo interno y las experiencias vividas en el pasado.
 
La organización de la realidad, de los demás y de uno mismo, dependerá de los sentimientos experimentados con uno mismo y con los demás. El self o identidad personal se conformará en base a estos sentimientos en las áreas corporales (estéticas, fisiológicas, energéticas); actitudinales (ética, estética, patíca); erótica e intelectual. El conjunto formará parte de nuestra forma de ver y entender el mundo.
 

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